lunes, 27 de octubre de 2014

¿Cómo te tratarías si fueras alguien que te quiere profundamente?

¿Cómo te tratarías si fueras alguien que te quiere profundamente?
Tómate tu tiempo para responder.
Respira. Déjate ser y sentir.
Esta es una pregunta que hago con frecuencia.  Incluso a mí misma.
Es una pregunta que hago para invitar a crear una nueva relación con tu experiencia vital, porque para responderla no tienes más remedio que tomar conciencia de cómo te cuidas actualmente.
Y casi seguro que cuando has respondido has pensado en lo que haces, no haces y dejas de hacer por ti. A lo mejor hasta te has sentido culpable u orgulloso. Y eso es porque la tendencia habitual es a considerar el auto-cuidado como una lista de acciones (de quehaceres) que vas completando y que incluye todo aquello que un día vas a hacer "finalmente" para cuidar y mimarte. Algunas logras incluirlas en tu cotidianidad, pero otras permanecen en la lista.
El caso es que convertimos el auto-cuidado en una serie de acciones cumplidas o por cumplir, que nos lleva a buscar masajes, un fin de semana fuera, tiempo de ocio o de aprendizaje, meditación y otros actos enfocados al bienestar. Y eso es maravilloso, ya que parte de nuestra experiencia humana consiste en deleitarnos en la vida y en los manjares que esta nos ofrece.
Todas esas acciones que nos orientan al bienestar pasajero tienen una intención positiva de fondo, que es acercarnos lo más posible al tipo de vida que deseamos y a sentirnos “bien”, para “bien estar” en la vida.
Pero hay un nivel mucho más profundo y sutil de auto-cuidado. Tiene más que ver con ser que con hacer. Por eso es tan sutil. Y cuanto más profundizo en mi experiencia y en la experiencia de la variedad de personas que me rodean, más me doy cuenta de que la clave del bienestar y del equilibrio personal es como un arte; un arte que nos invita a saber estar más que a bien estar en todas las capas de nuestra experiencia, tanto en las positivas como en las negativas, en lugar de constantemente corregir, eliminar, cambiar o distraernos de lo que está ocurriendo en nuestro devenir vital. 
Por eso es que el auto-cuidado orientado a saber estar tiene más que ver con mi presencia como cuidadora interna que con mis acciones. Esta forma de auto-cuidado tiene otro ritmo. Cuando me oriento al bienestar "transitorio", escucho agradables notas y acordes musicales. Cuando traigo presencia al auto-cuidado escucho la sinfonía completa.

Por ello es tan importante ampliar tu mirada, para cuando la experiencia del bienestar transitorio no sea posible. En lugar de convertir el bienestar en la meta, te centras en la calidad de tu presencia como forma de auto-cuidado. Es como llevar años siguiendo a un único pájaro con la vista y de repente cambiar la mirada para incluir el firmamento. Es una mirada más inclusiva que te permite también incluir al pájaro en tu experiencia. Es una mirada que te incluye también, porque al igual que eres observador y observadora, formas parte del paisaje. 
Por tanto, te lanzo de nuevo la pregunta:
¿Cómo te tratarías si fueras alguien que te quiere profundamente?
Tómate tu tiempo para responder.
Respira. Déjate ser y sentir.

Gracias por tu Compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.
Este sábado 1 de noviembre:
 Taller de Auto-cuidado: 
el sutil arte del equilibrio en la vida.

Tendrá lugar en el Centro CIPO en Tafira, Gran Canaria. 
Aforo limitado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario