martes, 24 de diciembre de 2013

Momento Presente

La Navidad, más que una fiesta o una época del año, es un estado mental. Y cada año que la celebro, me recuerdo que puedo escoger y, de hecho, estoy escogiendo cada uno de mis estados en cada momento.

La poetisa Emily Dickinson decía que la eternidad está compuesta por una sucesión de ahoras. Y la Navidad es una maravillosa ocasión que me puede servir para recordar que en cada momento escojo. Y puedo comenzar de nuevo, en un renacer

Si anteriormente he escogido vivir en el pasado, puedo AHORA comenzar a utilizar las lecciones de ese pasado para vivir aun mejor en el presente. 


Si anteriormente he escogido vivir desde la queja, puedo AHORA comenzar a desgranar esa queja y convertirla en acción productiva en el presente. 


Si anteriormente he escogido llevar una vida de aislamiento y soledad, puedo AHORA utilizar los dones derivados de esa etapa y compartirlos en comunidades reales y/o virtuales y beneficiarlas en el presente. 


Si anteriormente he escogido resignarme al "destino", limitándome meramente a soñar con un futuro mejor, AHORA puedo comenzar a traducir ese "sueño" en diminutas (o gigantescas) acciones diarias que, como piezas de un gran puzzle, vayan manifestando el anhelado sueño en etapas del presente. 


Si anteriormente he escogido ocultarme y empequeñecerme para no brillar (ser quien soy) por temor a la crítica, al rechazo o al ostracismo, AHORA es el momento de comenzar a declarar quien verdaderamente soy, para deleitarme en el regalo de mi vida en el presente.


Y AHORA es el momento de mirar las manos que escriben esto y agradecer, de sentir la mente y el corazón de donde emanan estas ideas y agradecer, de ser consciente de los ojos, mentes y corazones que lo leerán, y agradecer, de mirar más allá de mí misma y agradecer por todo lo que tengo, todo lo que soy y todas las personas que son y están a mi lado, de forma lejana, cercana, material o inmaterial. 


Gracias por la compañía y todo lo compartido, y Feliz Navidad desde los fríos de Inglaterra.

lunes, 21 de octubre de 2013

Cómo crear más espacio mental

La ley de Segall afirma que una persona con un reloj sabe qué hora es, pero una persona con dos relojes nunca está muy segura

Algo similar ocurre con nuestra mente: cuanto más la llenamos de quehaceres, de proyectos y de acciones por realizar, más nos abrumamos. De ahí la fábula que nos exhorta a vaciar nuestra taza para dejar espacio a lo nuevo.

Uno de los temas recurrentes en mis sesiones de coaching es la falta de enfoque. Esto sucede cuando, por ejemplo, tenemos un proyecto en mente y comenzamos a realizar las acciones necesarias para llevarlo a cabo. A menudo ocurre que nos vamos diluyendo en distracciones por el camino. Que si Facebook. Que si cinco llamadas de teléfono inconsecuentes. Que si la conversación sobre la crisis que no me llevó ni a mí ni a la otra persona a nada. Y así, lo que nace como una clara intención en el inicio de la jornada, del mes o del año, se va disipando como una nube de humo que no deja más seña que la huella de la frustración por haberme fallado a mí, y a nadie más que a mí, en lo que consideraba como un propósito claro.

Steve Chandler, uno de mis coaches favoritos, en su libro Time Warrior (Guerrero del Tiempo), propone un cambio en la manera de enfocar nuestras acciones. Y aquí le vamos a dar la vuelta a la tortilla y simplificar con un sencillo reencuadre.

Partiendo de la suposición de que ya sabes lo que deseas lograr en tu jornada (o a más largo plazo), en lugar de hacer una lista de quehaceres, propone que hagas una lista diferente. Cortita. Sencilla. En un folio sin pretensiones. Toma un bolígrafo y la hoja.

Ahora anota tres cosas que te comprometes a NO HACER el día de hoy. Y aquí puedes incluir cualquier actividad que te sacaba de tu propósito, que te distraía o que te generaba una sensación de incongruencia, porque sabías, al realizarla, que realmente preferías estar en otra cosa. Por ejemplo:

- No conectarme a FB más de 10 minutos.
- No responder a TODAS las llamadas que se cuelen en mi móvil: ser selectiva.
- No pararme a hablar con Pérez de los males de nuestro tiempo.


Fuente imagen: beliefnet.com

Ponla a la vista. Y mírala varias veces al día, para recordártelo. Allí tienes tu lista de "Quenohaceres"

Y si la lista de tres te abruma, opta por UN sólo compromiso a la semana. De este modo lo practicas y puedes empezar a crear un nuevo hábito, dedicar más tiempo y energía a aquellos proyectos que sí te inspiran, y volcar tu entusiasmo en actividades que van a reportarte algo a ti y a aquellas personas a las que quieres dar servicio.

Por lo tanto, termino con una pregunta-coach a la inversa: ¿Qué te comprometes a NO HACER hoy? Recuerda: con un solo reloj te basta.

Gracias por tu compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.




lunes, 7 de octubre de 2013

Educar para crear entornos inteligentes

No hace mucho me describía mi hijo, consternado, cómo uno de sus profesores había "puesto un cero" a una decena de chicos y chicas de su clase por no haber entregado un trabajo en papel sujeto con grapas

Daba lo mismo que hubiesen utilizado un clip, una cinta o que los folios estuviesen sueltos, daba lo mismo la calidad del contenido, daba lo mismo el esfuerzo y el tiempo invertidos en la realización del proyecto, no había ninguna consideración hacia los momentos sustraídos del tiempo en familia o del tiempo a solas. El colofón, relataba mi hijo incrédulo, fue cuando el profesor dijo con semblante serio "y que conste que no es un capricho mío".

No voy a escribir una tesis moral acerca del comportamiento de esta persona. Pero este episodio, que de vez en cuando se repite a lo largo de la trayectoria escolar de cualquier persona, me suscita una serie de preguntas y reflexiones que me aventuro a compartir aquí.

¿Cuál es el propósito pedagógico de exigir que un conjunto de papeles estén unidos por una grapa, sin lugar a otras opciones? Entendiendo, claro está, que las hojas sueltas puedan convertirse en un engorro si llegaran a entremezclarse, ¿qué mensaje da una persona adulta que no considera el esfuerzo y el tiempo invertidos por un/una joven en la realización de un proyecto (además de su contenido) y sólo valora el que su orden haya sido obedecida, siendo ese es el criterio preponderante sobre todos los demás criterios?

Desde que tengo uso de razón, he entendido que la escuela es un lugar orientado a crear uniformidad (por mucho que se diserte sobre la atención a la diversidad), a insertar mucha información y poco conocimiento en las cabezas de sus estudiantes y donde la educación en su sentido original de ex-ducere (conducir, sacar hacia fuera) sólo brilla gracias a la contribución de algunos docentes y personal adjunto, que mantienen el espíritu de independencia, de creatividad y de discernimiento vivo en ellos y en sus estudiantes, y no se permiten abrumar por lo que John Taylor Gatto denomina "la lógica abstracta de las instituciones escolares".


Innovar enseñando y enseñar innovando: un ejemplo. 

Vivimos en un mundo cambiante que exige la continua capacidad de adaptación a un ritmo de cambio vertiginoso, que demanda el uso del ingenio, de la creatividad, de la capacidad de romper reglas, de la aplicación de la habilidad innata de percibir las cosas de manera innovadora, de la predisposición a arriesgarse, por ejemplo, para emprender, para explorar, para crear mejoras para el bien social.

Y sin embargo, el sistema educativo actual continúa enseñando a nuestros hijos e hijas a acumular información en lugar de educar (dada la omnipresencia de la web) para manejarla con discernimiento. Nuestros hijos e hijas aprenden a ser obedientes y sumisos, en lugar de desarrollar su autonomía y la confianza en la autoridad interna. La mayoría termina por entender que aprender es aburrido, y que no es más que memorizar información y regurgitarla tal cual nos la han transmitido los libros y docentes. Aprenden a moverse diariamente, constreñidos no sólo por el compás de un timbre, sino de horarios y maneras de enseñar y aprender que son totalmente contrarias al funcionamiento de nuestra neurología. 

Poco a poco les vamos alejando del espíritu de indagación bajo cuya mirada, aprender se convierte en un maravilloso proceso de flujo, exploración y relación con el entorno cambiante y, por tanto, con la incertidumbre.

Y así, paulatinamente, van aprendiendo que todo les vendrá dado de esta manera: regurgitado por la sociedad. Esperándoles con los brazos abiertos. Un puesto de trabajo diseñado a la medida de y por otro, un puesto de trabajo en el cual ellos y ellas tendrán la suerte de encajar (en-cajar) un día. 

Y, sin embargo, sabemos que el futuro ya no es ese. El futuro es de las personas dispuestas a emprender, a arriesgar, a explorar y a innovar. Es de las personas que toleran la ambigüedad y la incertidumbre. El futuro ese es ahora.

Es hora de transformar nuestro sistema educativo, paso a paso. Y no importa desde donde: lo podemos hacer desde la escuela, la guardería, el instituto o la universidad. Pero sobre todo desde casa. El sistema educativo no comienza en la escuela, sino en el seno de la familia.

Por tanto, eduquemos y eduquémonos para:

1. Hacer preguntas. No hay más que ver a los niños y niñas. Aprenden formulándose preguntas. ¿Qué es esto? ¿Para qué sirve? ¿Qué pasa si lo utilizo para esto? Cuestionemos. Todo progreso nace con una pregunta que precede a una acción.

2. Emprender proyectos. Esto les permite activar el espíritu creador, la innovación, y cualidades como la constancia, la tolerancia al cambio, a la incertidumbre y al fracaso como oportunidad de mejora. ¿Cómo? Escribir un cuento o un libro, aprender algo por sí solos (a programar, por ejemplo), crear un blog, un vídeo o una página web, diseñar un producto y venderlo por internet.

3. Resolver problemas. Todo es una oportunidad para aprender. Un problema, el mal llamado "fracaso", una inquietud interna también, nos incitan a hacer preguntas que nos muevan hacia la resolución de dos tensiones. Por ejemplo: 

Hija: ¡Se me ha roto la rueda del camión! 
Padre: Mmmm ¿Qué podemos hacer para arreglarla? (Invitar a la indagación en lugar de "Dámelo que yo te lo arreglo").

4. Experimentar una creciente autonomía. Permitir cada vez mayor autonomía (sin forzar) y la confianza en su sabiduría interna. Preguntar "¿Qué crees tú?" les invita a indagar, muestra respeto por su capacidad de considerar y explorar diferentes criterios y les mueve hacia la sana independencia de la opinión ajena.

5. Desarrollar la empatía y consideración. Me remito a la primera sugerencia: hacer preguntas y educarles para que consideren el alcance de sus acciones. Todos y todas estamos interconectados y la mayoría de nuestros actos tienen un alcance sobre otras personas y sobre el entorno.

6. Tolerar la soledad. Fomentemos los tiempos a solas. El aburrimiento es un maravilloso impulsor de la creatividad. No tenemos por qué estar continuamente entreteniendo a nuestros hijos e hijas.

7. Escoger. El sistema educativo limita las opciones que tienen nuestros hijos e hijas, y casi siempre escoge por ellos. Ofrecer opciones o permitir que ellos desarrollen las propias, fomenta todo lo anterior (1-6) además de la necesidad de responsabilizarse por sus elecciones y las consecuencias de las mismas.

Soltemos las grapas que restringen nuestras opciones y las de nuestros hijos e hijas y exploremos nuevas maneras de conducir hacia fuera (ex ducere) esa sabiduría interna, ese espíritu creador y ese increíble potencial que está dentro de ti, dentro de mí y dentro de cada uno de nuestros niños y niñas.


El sábado 9 de noviembre exploraremos estas ideas y más en el taller "Educando para crear entornos inteligentes". Con Herminia Pérez y Vanessa Limpkin. ¡Nos vemos allí!









  

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuando una meta es tóxica

Hace algunos años se popularizó una imagen, que aún circula por internet, de un pez saltando de una pecera pequeña a otra más grande. La imagen supuestamente era un canto visual a la libertad y el subtexto, imagino, era algo así como "¡Atrévete! Da el salto y deja atrás esa situación para pasar a una mejor". Pero claro, ¡el pez no dejaba de pasar de una pecera a otra!... y a mí eso me incomodaba tremendamente.


Imagen de transcendentteacher
Desde que me dedico a la profesión de coach, me he dado cuenta de que la mayoría de mis clientes llegan a mi consulta porque tienen lo que yo llamo un anhelo. Y no importa si el contexto es personal o empresarial. Siempre hay un anhelo que se expresa como inquietud, ilusión (por crear algo nuevo y diferente) o malestar (ante la situación actual).

Entonces nos sumergimos en un proceso de indagación en el que mi cliente, llamémosle Francisco, va dando forma a su anhelo (pues no siempre lo tiene claro ni lo ha verbalizado) y finalmente lo define. Por ejemplo:

Francisco: Me he dado cuenta de que tengo muchísimas ideas, algunas de ella muy buenas, y que lo que quiero es crear una empresa.

Hecho esto, pasamos a una fase determinante que a menudo se obvia en estos procesos: explorar la fuente de motivación, la verdadera fuerza motriz. ¿De dónde arranca el impulso? Un ejemplo breve y bastante común:

Coach: Y esa empresa que deseas crear, ¿qué crees que te aportará?
Francisco: Mmmm... Libertad
Coach: ¿Te sientes libre ahora?
Francisco: No, me siento atrapado, como si no tuviera opciones.

La conversación anterior con Francisco anuncia el salto inminente del pez de una pecera a otra. ¿Qué quiero decir con esto? Que a menudo confundimos el mar con una pecera mayor. Pensamos que estamos en un acto creativo, cuando lo que estamos haciendo es resolver lo que percibimos como un problema. Y esta confusión en sí puede acarrear más problemas. 

Imaginemos a Francisco creando esa empresa. ¿Crees que obtendrá la libertad anhelada a través de la empresa? Te puedo responder rápidamente. NO. Porque cuando quiera que utilizamos algo externo (dinero, pareja, profesión, trabajo) para darnos aquello que sólo nosotros mismos nos podemos aportar (bienestar, felicidad, tranquilidad, alegría, libertad), estamos preparando el caldo de cultivo del conflicto interno. Esto es lo que denomino una meta tóxica. ¿Por qué es tóxica? Porque esperamos que a través de ella nos podremos enchufar a algo que JAMÁS vendrá de fuera de nosotros y SIEMPRE vendrá de dentro, aunque parezca lo contrario. 

El hecho de tener una "buena meta" no la hace congruente con nosotros. No todas las metas son congruentes ni coherentes, y no me cansaré de educar a mis clientes, a mis alumnos y alumnas coaches y a mí misma para que distingamos bien y estemos atentos al espejismo de la pecera grande, no vaya a ser que la confundamos con el mar (¡yo aún sigo cayendo en peceras grandes, aunque cada vez salgo más rápido!).

Cansada de seguir encontrándome la imagen de la meta tóxica en artículos, páginas y redes sociales, emprendí una búsqueda para encontrar una imagen que expresara un verdadero salto a la libertad, un salto a la infinidad de opciones que sólo puede venir de estar alineada con la sabiduría y el bienestar internos. Cuando esta alineación ocurre, jamás confundiremos la pecera con el mar porque estamos operando con nuestra brújula interna. ¡Y la encontré! He aquí... ¡Saltemos!


Imagen de pickywallpapers
¡Gracias por tu compañía y mucha Luz en tu Camino!

lunes, 2 de septiembre de 2013

El Arte de Ser - Seminario-taller

Un mapa representa lo que sabemos en un momento determinado en el tiempo. Pero los paisajes son vivos, fluidos y cambiantes. En un mapa todo es evidente. Pero un paisaje lo ofrece todo, lo evidente y lo oculto, un paisaje regala misterios por descubrir. Un mapa está lleno de distorsiones, omisiones y generalizaciones porque se basa en nuestra limitada interpretación del paisaje. Un paisaje está vivo, y emana orden y caos. Los mapas pueden ser útiles en un momento dado. Pero transitar por la vida con el mismo mapa, el mismo modelo del mundo, deriva en una experiencia restringida de la misma. ¿Qué pasaría si las restricciones actuales de algunos de tus mapas se desvanecieran?
A través de un encuentro semanal, desde el 24 de septiembre al 5 de noviembre, exploraremos las posibilidades que emergen cuando confiamos en nuestra brújula interna para transitar por la vida y experimentar "El Arte de Ser".



viernes, 2 de agosto de 2013

Nueva generación de Coaches Transformadores


¡Enhorabuena!


Recientemente he tenido el placer de facilitar la V Edición del programa de formacion en Coaching Transformador®. Creo que no me equivoco al afirmar que ha sido el más intenso, dinámico y, al mismo tiempo, simplificado de los programas de CT que he venido diseñando y facilitando en los últimos años. Entre los cambios, el número de participantes, que estuvo limitado a tan sólo seis, la mitad de ediciones anteriores. Los resultados han sido espectaculares, no sólo para los coaches sino también para las personas que se ofrecieron como clientes voluntarios en las prácticas.

El entrenamiento de esta nueva generación de coaches se ha basado como nunca antes en estimular el impulso creador de cada coach quien, en el ejercicio de su profesión, invita a su coachee a convertirse verdaderamente en creador/creadora de su experiencia vital.

Al experimentar la vida como creación - más que una reacción o respuesta a las circunstancias - la necesidad de "reiventarse" se desvanece y nos volvemos auténticamente nosotros, estemos en el papel de coach o de coachee.

Todo ello nos permite disfrutar de la experiencia de vivir situaciones desconocidas también, no sólo de crear desde lo conocido, y experimentar en todas sus facetas esas etapas del "no lo sé" en las que las respuestas de nuestra manida base de datos ya no nos sirven, para que en ese espacio y desde la Sabiduría Interna de cada cual surja lo nuevo y lo desconocido.

De esta manera, este grupo de Coaches Transformadores se han convertido en co-creadoras y co-creadores de sus vidas, plasmando cual artistas formas, colores y anhelos en enormes y blancos lienzos, para después dotar de vida su obra. También han integrado las destrezas necesarias para poder experimentar los procesos de acompañamiento y transición sin las habituales y rígidas hojas de ruta, y así poder presentarse, ante sus clientes y ante la vida misma, libres de guiones y con plenitud de recursos. 

Los seis Coaches Transformadores han caminado, cetro en mano, con gracia y poder por diversos escenarios, convirtiéndose en directores y directoras de su propia obra. Con el corazón palpitante han surcado mares de cielo azul con algún que otro tiburón en las inmediaciones, y han enviado coloridas señales de humo por el camino para finalmente llegar a buen puerto.

Deleitándonos en un Espacio Plural
En todo el proceso han sido acompañados por las veteranas coaches Araceli Martín Cabrera y Silvia Ramírez Álvarez, quienes han estado prontas en todo momento para ofrecer su apoyo, experiencia y Sabiduría al grupo. Asímismo han sido testigos del poder del Coaching Transformador de las veteranísimas y expertas Herminia Pérez Robaina, de Creciendo Feliz, y María Naranjo, de Evoluciona Coaching, quienes han ejemplificado lo que es dar un salto al vacío para verdaderamente crear la forma de vida anhelada, y demostrado que cada coach puede realizar de manera exitosa un proceso de acompañamiento con su coachee con un estilo totalmente personalizado, y con la filosofía del Coaching Transformador de fondo.

Con las Hadas Madrinas y veteranas coaches Silvia Ramírez Álvarez y Araceli Martín Cabrera
En este Espacio Plural hemos contado además con dos magníficos guardianes, José Carlos Martín y María José Aguilar, quienes nos han permitido convertir su hermosa y acogedora sala, literalmente, en nuestro hogar durante todos estos días. Ambos han atendido con exquisita calidez nuestras peticiones más extravagantes, creando con todos nosotros un vínculo que iba mucho más allá de una mera relación comercial, por lo que recomiendo encarecidamente sus servicios.


Con José Carlos Martín de Espacio Plural
 Se gradúan, por tanto, seis nuevos Coaches Transformadores, con una mirada amplia, renovada y renovadora para quien desee ponerse en sus manos y experimentar este tan particular proceso de acompañamiento.

Gracias y felicitaciones a todos y todas por este inolvidable viaje que hemos realizado juntos. Y nos vemos en breve en el bautizo de mar de Lanzarote, de la mano de nuestro particular Coach Transformador Fran Delgado (www.nutritraining.es), quien amenaza, a tenor de lo aprendido, tirarnos al mar sin pasar previamente por la piscina.

Gracias por la Compañía.

Y mucha Luz en el Camino.

domingo, 21 de abril de 2013

Amor y generosidad



El chef Narayanan Krishnan cuenta cómo decidió dedicar su vida a cuidar de los más pobres y vulnerables en la India. La comida nutre el cuerpo y el amor que damos nutre el corazón. ¿Cuál es el sentido de la vida, si no es compartir?

jueves, 14 de febrero de 2013

La epidemia de la obediencia

Una de las preguntas más frecuentes que escucho después de contestar a qué me dedico es "¿Qué es eso de coach?" Este fin de semana, en un evento y rodeada de varias personas, alguien me volvió a hacer la misma pregunta, "Bueno, pero ¿qué hace realmente una coach?".

Leyendo los periódicos del día de varios países, tomo cada vez más conciencia de algo preocupante para nosotros como comunidad de humanos: estamos viviendo una verdadera epidemia de obediencia en nuestras organizaciones escolares, laborales, políticas, y sociales (esta última incluye a la familia). Y no me refiero tanto a la obediencia en cuanto a nuestras acciones externas, sino a la del movimiento interno, del pensamiento.

Para empezar, raramente fomentamos el libre desarrollo del pensamiento en nuestros niños y niñas, quienes asisten a la escuela a ser "instruidos" en el pensamiento ajeno. Y cuando se desmarcan de lo establecido (tanto en casa como fuera) les tachamos de irrespetuosos, rebeldes e impertinentes. Cuando, en mi trabajo con personas jóvenes pregunto "Pero, ¿y tú qué piensas?", me hablan con pensamiento prestado o se turban, hay una confusión inicial hasta que entre ambos generamos el entorno en el que puedan pensar por sí mismos con plena aceptación, y adquirir mayor claridad y conciencia de su situación. Esto les permite mejorar espontáneamente sus acciones y sus conductas, sin el estrés de atenerse a estrategias y pautas marcadas por mí como "agente-externo-sabelotodo". ¿Qué mejor legado que confiar en la Sabiduría Interna e Innata de nuestras personas jóvenes?

Más adelante, en nuestro quehacer profesional, sucede algo similar. Aunque me las he encontrado, son pocas las organizaciones que fomentan la aportación de ideas por parte de sus "recursos" humanos. Hay organizaciones que incluso sabotean el pensamiento individual, ignorando ideas geniales que permitirían el progreso, la transformación y el avance de las mismas, por el mero hecho de ser un pensamiento individual que no surgió de la punta superior de una pirámide. En un curso de formación reciente que di a un grupo de gestores, uno de ellos preguntaba, con profundo acierto, "¿Por qué nosotros aprendemos de nuestros líderes, pero ellos no quieren aprender de nosotros?" Estos gestores tenían claves importantes para el cambio en su organización, claves para transformar una situación de crisis en una situación de progreso y de evolución positiva pero, claro, pensar por sí mismos era un acto de transgresión hacia la cúpula.


Y así sucesivamente, no importa el entorno. ¡Cuantás veces he escuchado a mis clientes decir "Es que mi jefe me dice que...", "Es que mi psicóloga me dice que ...", "Es que mi pareja me dice ..." Y yo pregunto "¿Y tú, qué piensas?" Porque, por muy buenas intenciones que tengamos, por muy decididas nuestras acciones, por muy arriesgados los pasos que demos, estos sólo serán tan buenos como la calidad del pensamiento que los preceda. Para mejorar la calidad de nuestras acciones y de nuestros resultados, necesitamos optimizar nuestra capacidad de pensar.

Pensar por nosotros mismos es un acto infrecuente, por mucho que creamos lo contrario, y eso que es precisamente del pensamiento atípico de donde viene todo progreso. La crisis a la que nos enfrentamos hoy no es realmente una crisis política o financiera, es una crisis de pensamiento, de obediencia a  un pensamiento ajeno que dice que lo correcto es pensar y hacer como la mayoría, que lo correcto es tener tu propia casa e hipotecarte hasta los huesos, cuando estarías más libre viviendo de alquiler, que lo correcto es tener un trabajo por cuenta ajena o unirte a las filas del funcionariado, cuando tú tienes un ingenio especial e ideas ingeniosas que, puestas al servicio de otras personas, te permitirían desarrollarte como profesional libre y autónomo y por fin disfrutar de tu quehacer profesional, que lo correcto es tener tu propio coche, cuando podrías perfectamente disfrutar del transporte poúblico y alquilar un coche cuando verdaderamente lo necesitaras, que lo correcto es medicar a tu hijo o hija por hiperactividad, cuando lo que necesitan es otro tipo de atención familiar y escolar... y así sucesivamente.

Finalmente respondí a la pregunta. "Ayudo a personas en sus diferentes entornos a pensar por sí mismas", dije. Y ese es mi cometido como miembro de la comunidad humana. Invierto pirámides, para que el ápice de autoridad resida en la persona que tengo delante, para que el miedo deje de restringir su capacidad innata para pensar por sí misma, y para que genere respuestas a sus problemas que surjan de su Sabiduría Interna. En esta sociedad, mayoritariamente obediente y servil, es hora de confiar en nuestra infinita capacidad de generar nuestro propio pensamiento.

Gracias por tu Compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.

lunes, 28 de enero de 2013

Un consejo sobre el que meditar. O la verdadera negatividad que ahuyenta la felicidad.


Acabo de recibir por correo una frase muy elogiada: “Una vez que aprendas a ser feliz no tolerarás estar con nadie que te haga sentir diferente”. Esta no es más que una de muchas referencias a la importancia de evitar a aquellas personas que nos “hacen” sentir mal, de separarnos de personas “tóxicas” y de no implicarnos con quienes no compartan nuestra capacidad para pensar en positivo.

El problema con este tipo de pensamiento es que apunta a que nuestra experiencia se crea de fuera hacia dentro, es decir, se basa en la superstición de que la presencia de alguien "negativo", nos contagiará y nos desconectará de esa felicidad tan esquiva y frágil, cuando verdaderamente TODAS nuestras experiencias (no las circunstancias) se crean de dentro hacia fuera. Si nuestra felicidad depende de las personas de las que nos rodeamos, estamos afirmando que esta se crea desde el exterior, por lo que también dependeremos siempre de alguna circunstancia externa para experimentarla.

Hace tiempo tuve la experiencia de una pérdida espontánea del primer embarazo. Esta pérdida estaba a años luz de mis anhelos y expectativas en aquel momento, y sin darme cuenta, me fui dejando llevar por mi propia resistencia al acontecimiento hacia un estado de desconexión de las personas cercanas y de mis entornos.

Mi manera de vivir esa circunstancia estaba ahora dirigida por mis pensamientos oscuros. Me resistía a pasar tiempo con mis amistades habituales, y cuando lo hacía estaba ensombrecida. Incluso continuar con mi trabajo, que tanto he amado siempre, era como navegar contra corriente en una barcaza de un solo remo. Y algo más. Recuerdo claramente que mi conciencia lo veía todo, literalmente, a través de una gran cortina de lágrimas que me separaba del mundo.

Sin darme cuenta me había convertido en una nube gris y pensaba que sólo era capaz de proyectar sombras, ¡ahora era una de esas "personas negativas"! Pero mi vida o la Vida o mi suerte, no sé cómo calificarlo, quisieron que viviera una gran "bendición" en esos momentos. Amigos con los que solía pasear o tomar té, y que ahora no sabían qué decir, me acompañaban, silenciosamente. La mayoría no se alejó de la nube gris. Recuerdo una amiga en particular que me abrazaba en arranques de inmensa ternura, otra que había vivido algo similar y empatizaba profundamente conmigo, sin molestarles a ninguno de ellos mi negatividad. Mis adorables hermanas, mi madre, todas se volcaron desde muy lejos, hablando conmigo, escribiéndome, enviándome artículos, libros, enlaces que me ayudaran a superar el trauma pasado y que mis pensamientos insistían en acarrear a todas partes conmigo en el presente. 

Finalmente decidí que necesitaba alejarme una temporada de mi entorno habitual, y viajé a Inglaterra. Recuerdo ir de visita a diferentes familiares, y jamás nadie huyó de la nube gris. Todo lo que recibí fue ternura, consuelo y ausencia de juicio ante mi estado de negatividad. Una de mis hermanas me presentó a una mujer que había vivido una doble mastectomía, una de las mujeres más hermosas que he conocido por dentro y por fuera, y que tampoco huyó de la nube gris. Todo lo contrario, me contó historias mágicas sobre la vida, la pérdida y lo hermoso del ser humano en todas sus facetas. Me habló de nubes grises, y ambas las miramos y pudimos ver belleza en ellas. Empezaba a sonreír.

El punto de inflexión final llegó cuando, estando de visita con una amiga en Londres, y relatándole serenamente la experiencia que había tenido en el hospital, comenzó a llorar. Ella no tenía hijos, no había tenido una experiencia similar, pero se conectó de tal manera con mi vivencia que creo que lloró por mí las lágrimas que quedaban por derramar en la nube gris. Yo la miraba atónita. Lo más curioso de todo es que en el instante en que ella lloró, vi cómo aquella cortina de lágrimas que me impedía ver la vida en color se disipaba y desaparecía para siempre.

Concluyo por tanto con dos breves reflexiones. La primera es que creamos nuestras experiencias acerca de las circunstancias de dentro hacia fuera. Años atrás, conocí a una bióloga que perdió un embarazo. Era una mujer muy práctica. Cuando me acerqué a ella para saber cómo se encontraba, me dijo con naturalidad y sonriente: "La naturaleza ha hecho una buena limpieza. No tenía que ser". Y punto. ¡Qué manera tan diferente de experimentar la misma situación!

Segunda reflexión. Cuando reconocemos que nuestros pensamientos determinan nuestra experiencia, sabemos también que otras personas no nos pueden alejar de nuestra felicidad. A veces son precisamente esas personas las que más necesitan de nuestra Presencia.

De modo que la negatividad que verdaderamente nos aleja de la felicidad no es la de las circunstancias (en este caso, la gente negativa), sino la que genera el pensamiento posterior ("esta persona me pone de mal humor").

Gracias por tu Compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.

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lunes, 14 de enero de 2013

Encuentra el propósito de tu vida en un nanosegundo


Hace unos días, en una sesión de coaching con un nuevo cliente, este me expresaba su ansiedad por encontrar el propósito de su vida. Acto seguido comenzó a describirme todos los cursos, talleres e incluso terapias que había realizado  con el fin de dotar a sus acciones y actividades de un significado y orientación específicos. Al fin y al cabo, uno de sus mejores amigos lo había logrado. Se había pasado la niñez jugando con una pasión desbordante al lego, y había encontrado el proposito de su vida: dedicarse al diseño de casas ecológicas.

Por contraste, mi cliente se había pasado su vida adulta explorando diferentes carreras, profesiones y ocupaciones - él lo llamó "dando palos de ciego"-, y por más que lo intentaba no daba con su ansiado propósito. A lo cual le pregunté si había disfrutado del proceso, obteniendo cómo respuesta "Inmensamente".

Mi siguiente pregunta fue: "En esta situación, ¿qué estás presuponiendo que te lleva a generar en ti esas sensaciones de estar incompleto en tu vida?" Después de un oportuno silencio comentó: "Acabo de darme cuenta. Estoy presuponiendo que hay un sólo camino en la vida, y una manera específica de hacer ese camino. Estoy presuponiendo que si descubro el propósito de mi vida se me desvelará un camino por el que transitar sin esfuerzo, y que ese es el orden por el que debe darse el proceso. Estoy presuponiendo que explorar, experimentar y andar por sendas diferentes es señal de falta de madurez e indecisión. Y estoy presuponiendo que la forma en la que se hacen generalmente las cosas en esta sociedad y en esta cultura es lo correcto para mí también." Y así estuvo compartiendo sus presuposiciones y sentires durante casi veinte minutos.

Después de estas reflexiones pregunté: "¿Y ahora?" Mi cliente respiró profundamente, sonrió y respondió: "Me queda una vida por experimentar". Los dos reímos, aliviados.

Y me acordé de las abejas. Gracias a ellas y a sus procesos de polinización, seguimos disfrutando de suculentos tomates, zanahorias, fresas... Imagínate el mundo sin aceite, sin forraje para el ganado, sin las miles de especies de flores y plantas que crecen en nuestros entornos y más allá. Y me acordé también de las aves, y su papel en la dispersión de las semillas.

¿Acaso alguna de ellas es consciente de su propósito de mantener la vida en nuestro planeta? ¿Cambiaría algo si lo descubrieran? ¿Qué pasaría si el propósito de nuestras vidas fuera algo similar que va emergiendo y evolucionando discretamente con cada persona, en cada acto, con cada conversación? ¿Dónde está escrito que tenemos que atrapar ese escurridizo propósito y llevarlo estampado en la frente?

Librerías, bibliotecas e internet están repletos de los 5 pasos, 20 minutos y 6 claves para descubrir el propósito de tu vida. Pero no te afanes en buscar más allá. Te lo diré en un nanosegundo. El propósito de tu vida: ser tú.

Gracias por tu Compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.