jueves, 27 de septiembre de 2012

Mis verdaderas prioridades


Este emotivo artículo publicado por Angeles Caso en La Vanguardia (enero 2012), me recuerda dónde poner la mirada en mi dia a día. Profundamente conmovedor, por lo tanto recomiendo leerlo pausadamente...


http://www.lavanguardia.com/magazine/20120119/54245109494/lo-que-quiero-ahora-angeles-caso.html

lunes, 10 de septiembre de 2012

Mini-sesión de coaching para nuestras relaciones.


Decía C. S. Lewis que “Amar por completo es ser vulnerable. Ama lo que sea y tu corazón llorará y posiblemente se romperá. Si quieres asegurarte de mantenerlo intacto no debes dárselo a nadie, ni siquiera a
un animal. Envuélvelo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos evitando todo tipo de enredos. Guárdalo seguro en un cofre u oculto detrás de tu egoísmo. Pero en ese cofre, seguro, oscuro, inmóvil, sin aire, cambiará. No se romperá, sino que se convertirá en inquebrantable, impenetrable, irredimible. Amar es ser vulnerable.”


Una forma directa y segura de recibir feedback acerca de lo que proyectamos tanto a nivel consciente como inconsciente, es observar detenidamente nuestras relaciones y nuestra capacidad de manifestarnos de manera vulnerable en ellas.

Ahora, enfoquemos la palabra VULNERABLE, una palabra de interpretación arbitraria, cuyas acepciones van desde mártir, a víctima, pasando por débil. Personalmente prefiero conectar con autenticidad. ¡Y cómo cuesta!

Tanto mi trabajo como mi experiencia personal en ellas, me dicen que las relaciones comienzan a flaquear cuando ocultamos nuestra vulnerabilidad y nos centramos en defender y en atacar, convirtiendo lo que antes era nuestro “punto tierno” en un campo de batalla.

Para rescatar ese “punto tierno”, cuatro preguntas que nos permitirán regresar al centro. Antes de hacerlas, crear un pacto de vulnerabilidad, de estar con el corazón abierto, sintiendo duda, amor, vergüenza, temor, ternura, miedo, dulzura. Cuando estamos vulnerables, todas caben.

(1) ¿Hay algo que estoy haciendo, que desearías que dejara de hacer?
(2) ¿Hay algo que no estoy haciendo, y que te gustaría que empezara a hacer?
(3) ¿Hay algo que estoy haciendo, de lo cual te gustaría que hiciera menos?
(4) ¿Hay algo que estoy haciendo, de lo cual te gustaría que hiciera más?

“Sólo cuando somos lo suficientemente valientes como para descubrir la oscuridad, podremos descubrir el poder infinito de la luz”. Brené Brown
Mucha Luz en tu camino y gracias por tu compañía.

jueves, 30 de agosto de 2012

Metas Transformadoras


“El perfeccionismo es una muerte lenta. 
Si cada cosa ocurriera como a mí me gusta  
o como la hubiera planeado  
nunca experimentaría algo nuevo.” 
Hugo Prather  en  Palabras a mí mismo. 

¿Te has preguntado alguna vez para qué el empeño en ponernos metas? ¿Para qué tanta insistencia en orientarnos a un futuro imaginado, cuando lo único real es el presente? ¿Qué hay de especial en ir en pos de un anhelo o una lista de deseos?

Estas fueron algunas de las preguntas que me hizo uno de mis alumnos durante el descanso en una reciente formación para coaches. Es algo que yo misma me cuestiono, y más ahora con la aparición de películas y libros como “El Secreto” y otros similares. Con ellos ha surgido una corriente cuyo enfoque es atraer situaciones creadas a medida, como la pareja, la cuenta bancaria o el trabajo perfectos, sin contrapartida. Esto es loable porque activa nuestras posibilidades además de nuestra imaginación, pero es, a la vez, inquietante en sus posibles interpretaciones, porque el supuesto es que con el mero pensamiento podemos controlar el mundo físico.

Parte de esta corriente que ha surgido, también está enfocada a excluir todo lo que etiquetamos de “negativo” de nuestras vidas, lo cual es como desear una playa sin orilla o una montaña sin valle. La evidencia me demuestra que, al menos en este planeta, eso es imposible, incluso para las personas que escriben dichos libros (y no me imagino siquiera que ellas mismas pretendan hacernos creer que están exentas de este dualismo).

¿No es cierto que cuando estamos en la cima de la montaña, podemos admirar la belleza del valle? ¿Y que cuando estamos en el valle, podemos alzar la mirada e imaginar cómo puede ser la vista desde la montaña, y motivarnos para escalarla? El insistir en crear una sin la otra supone orientarnos hacia un esfuerzo desmedido y sin recompensa.

Pero, volvamos a la meta. ¿Para qué crearla e ir en pos de ella? Galeano diría que para caminar. Yo añadiría que para enamorarnos más profundamente de la vida. Cuando nos comprometemos con una meta activamos infinidad de recursos internos (cualidades, capacidades, creencias potenciadoras) y externos (personas, dinero, circunstancias) que nos permiten vivir con intención, con enfoque y con un sentido de propósito.

¿Es imprescindible obtener esa meta? Pues depende de cada cual. Parte de la respuesta está en el siguiente planteamiento:

Piensa en un anhelo, meta o deseo que quieres ver realizado. Ahora responde al siguiente supuesto: si el objetivo de dicho anhelo, meta o deseo no fuese su realización, sino evocar o desarrollar una cualidad o capacidad o creencia en ti, o que vivas una determinada experiencia, ¿qué sería esa cualidad, capacidad, creencia o experiencia? También puedes responder con un ejemplo de tu pasado: ¿qué cualidades, capacidades, creencias o experiencias vitales forjaste cuando te comprometiste con una meta en el pasado (independientemente de si la realizaste o no)?

¿Ya has respondido? Pues en tu respuesta está el para qué de las metas. Y eso es una meta transformadora.

Mucha Luz en tu camino. Y gracias por tu compañía.




jueves, 7 de junio de 2012

La Programación Neurolingüística (PNL): ampliando posibilidades, trazando nuevas sendas.


Hace 12 años, en un momento de rutinaria existencia, mi vida dio un cambio radical. Y la tuya también puede darlo.

Una tarde de febrero de 1998, en pleno invierno londinense, decidí salirme de mi rutina y hacer algo inesperado y espectacular para mí, inscribiéndome en un curso de una temática que desconocía totalmente.

Todo empezó cuando asistí, como tenía por costumbre en aquel entonces, a una charla en un centro de conferencias que se activaba en lunes alternos. Las charlas eran de todo tipo, pero estaban enfocadas sobre todo a nuevas metodologías y técnicas para el desarrollo del bienestar y del éxito de la persona en sus diferentes ámbitos. Ese lunes cuando llegué al centro, me encontré algo inusitado: la cola para acceder a la conferencia daba toda la vuelta a la manzana. ¡Y yo que había llegado con media hora de adelanto!

Algo frustrada, y pensando que de ninguna manera lograría acceder a esta desconocida conferencia, me acerqué a una de las personas que hacían cola y le pregunté cuál era el tema de esa semana. Me contestó algo que más me parecía tener que ver con una intervención quirúrgica de algún aspecto de la anatomía cerebral: “Programación Neurolingüística” (en inglés, claro).
Me quedé de piedra. “¿Qué atractivo puede tener algo así?”, pensé. No obstante, y con mi testarudez característica, me rebelé contra la tendencia a rechazar lo que no entendía y activé mi curiosidad. Estaba claro que, para todas esas personas que hacían cola pacientemente en el frío, esta especie de intervención tenía algo que ofrecer.

Me uní a la cola y, así se iba moviendo lentamente en el frío y la oscuridad de la tarde londinense, más iba en aumento mi determinación para acceder a la conferencia. Mientras esperaba, me entretenía urdiendo planes para lograr acceder si me decían que el cupo estaba lleno. Me fui fijando en otras puertas de acceso al recinto, y en mi mente me iba diciendo los motivos por los que tenía que asistir, para recitárselo a cualquier persona que en la entrada fuera a decirme que no quedaban plazas.

Lo curioso es que, finalmente, fui una de las últimas personas que logró entrar a la sala. Jamás la había visto tan abarrotada de gente. Mi curiosidad iba en aumento. Cuando por fin comenzó la conferencia sobre Programación Neurolingüística, lo entendí. Los dos presentadores hablaron de una serie de modelos que permitían transformar nuestra manera de influir en nuestro bienestar, en nuestros modelos de conducta, en nuestra  comunicación con los demás, y sobre todo en nuestra manera de ser, de estar y de actuar en el mundo. Nos mostraron también algunos de estos modelos en acción, a través de ejercicios que realizamos in situ. Cuando, además comentaron que vendría Richard Bandler, uno de los co-creadores de la PNL a ofrecer una formación, no lo dudé. Me inscribí allí mismo para la Certificación sabiendo que estaba ante un punto de inflexión en mi vida. Y no me equivoqué.

Ese marzo verdaderamente llegó la primavera a mi vida. Con el Practitioner en PNL, impartido por Bandler transformé muchos de mis estados habituales para siempre. Transformé la pena, el dolor y el miedo en determinación, ilusión por la vida y en acción. Todas mis ideas acerca de lo que era posible y sobre lo que quería hacer en mi vida, cambiaron radicalmente. Estiré mi zona de confort, y comencé a dar pasos gigantescos en mi vida, cuando siempre había caminado con pasitos cautelosos.

Ese mismo verano, y habiendo ya dejado un empleo bien remunerado, di el salto a California, para seguir formándome e iniciar el trabajo que actualmente hago como formadora, consultora y coach; además, allí conocí a la que sería madrina de mi hijo y quien me abriría las puertas a Australia, años más tarde.

En definitiva, que esa fría tarde de invierno, se plantó en mí, a través de los modelos de la PNL, la semilla que sigue dando frutos en mi vida y generando más semillas, tanto para mí como para otras personas.

Ahora tú también tienes la oportunidad de experimentar los beneficios de la PNL del 18 al 30 de junio, en Gran Canaria.

Si deseas más información, ponte en contacto conmigo a través del 695 672 867 o en info@limpkin.es, y haz tu reserva ya para una experiencia transformadora. Las plazas están estrictamente limitadas a 16.

¡Nos vemos allí!

Gracias por tu Compañía y mucha Luz en tu camino.

jueves, 17 de mayo de 2012

Elijo vivir en el Mundo Sencillo


Tengo una creencia curiosa. Cada vez que estoy en un aeropuerto, inevitablemente me siento atraída por las librerías. Y las visito con la creencia de que, no importa en qué parte del mundo esté, siempre encuentro un libro interesante. Es una de esas autoprofecías que se cumplen.

Hace unos meses fui a recibir a alguien en el aeropuerto local. Mientras esperaba la llegada de su vuelo, entré con mi creencia al quiosco y abrí un primer  
 libro que me llamó la atención por su sencillo título. No se vanagloriaba, ni prometía nada. Comencé a hojearlo, dejando que las páginas pasaran solas mientras mi vista reposaba en el texto, cuando algo, súbitamente, captó mi atención. Recuperé de nuevo la página y leí las dos líneas que se repetían a lo largo del libro, de forma regular:

Elijo vivir en el Mundo Sencillo
Donde todo es fácil.

Sentí una paz inmensa. Leí de nuevo la frase:

Elijo vivir en el Mundo Sencillo
Donde todo es fácil.

¡Qué descanso! Compré el libro del título sencillo y sin promesas. Lo tengo en casa, no lo he leído, pero cada tanto tiempo, lo abro y leo:

Elijo vivir en el Mundo Sencillo
Donde todo es fácil.

Y respiro. Esta mañana lo volví a hacer.


Gracias por tu Compañía. Y mucha Luz en tu Camino.





NB:  El libro se titula "El mundo Sencillo", de Julia Rogers Hamrick.

lunes, 14 de mayo de 2012

Tiempo Einstein

“Hoy es el mañana por el que te preocupabas ayer”

Voy a compartir contigo hoy algunas de mis inquietudes más intimas… Acércate. Préstame tus oídos. Quiero hablarte de una relación que he tenido desde hace muchísimos años. Ha sido una relación delicada, a veces difícil. Quizás porque no he llegado a conocer del todo a la otra parte, pues ésta no se da a conocer fácilmente. ¿Te suena? Una relación en la que parece que tú pones todo de tu parte y el progreso nunca te viene garantizado.

Quizás te suenen algunas de las dinámicas personales que tenía en esta relación y que no me llevaban a ninguna parte: en los años que llevamos en convivencia, he intentando manejarlo, gestionarlo, controlarlo, manipularlo, y hasta dominarlo. A veces incluso he renunciado y me he dejado “fluir”, dejándome llevar por él pero, aunque ha habido momentos de felicidad y plenitud en su compañía, tenía la sensación de que él me dominaba a mí, y que tenía siempre la última palabra.

Desesperada, realicé cursos con la intención de transformar nuestra relación, invertí en costosos programas, en coaches, incluso uno de mis colaboradores cercanos en el ámbito profesional, me instruyó personalmente regalándome un voluminoso y elegante manual de entrenamiento que a él le había traído el éxito en su propia relación, y del cual a mí se me quedaron en la memoria las tapas. Meramente.

Curiosamente, estos últimos meses, y debido a un inusitado nivel de compromisos profesionales, he tenido la oportunidad de influir de una manera más positiva en esta delicada relación, transformando no sólo algunas de mis conductas y actitudes, sino también mis creencias acerca de él. Empiezo a percibir mejores resultados en nuestra relación de los que he tenido el placer de experimentar hasta ahora. Estoy, no obstante, en etapa de entrenamiento, y nos queda mucho por aprender y compartir. ¿Su nombre? El tiempo.

Entre las relaciones más delicadas que forjamos y en la que ciertamente recibimos poca, si alguna, formación o instrucción, está nuestra relación con el tiempo. No me malinterpretes, cumplo plazos, y saco adelante mis cometidos, pero con el tiempo (y valga aquí la redundancia) había ido notando una mayor sensación de presión, nunca tenía suficiente en el cual realizar todo lo que quería. Y no estaba sola. Cada vez más personas hablaban, y hablan del “tempus fugit”, a pesar de los avances en tecnología y de nuestros modernos sistemas de vida. Habiendo yo misma probado diferentes tipos de sistemas, e invertido dinero y tiempo en ellos, me fui dando cuenta de que su función era muy limitada porque el enfoque de la filosofía de la “gestión” del tiempo es lineal.

Los sistemas lineales funcionan, pero sólo en cierta medida, o para algunas personas. No obstante, para la mayoría, sobre todo si eres una persona particularmente conectada a tu parte creativa o “anárquica”, como yo, en cuanto organización, los sistemas habituales fallan.

Gay Hendricks comenta que el paradigma habitual que utilizamos sobre el tiempo es newtoniano, es decir, que parte de la visión del tiempo como un recurso finito, limitado y escaso. Nunca hay suficiente tiempo, bajo esta óptica, y hay que hacer grandes esfuerzos para conseguirlo y gestionarlo. De hecho, si el tiempo fuese alimento, ¡continuamente tendríamos hambre! Este paradigma garantiza una relación problemática con el tiempo, como la que manifesté al inicio de esta reflexión. El quid de la cuestión radica en que tendemos a percibir el tiempo como algo “allá fuera”, lo cual lo convierte en maestro y a nosotros en sus esclavos y esclavas, en lugar de algo que emana de nosotros.

No obstante existe un paradigma del tiempo, que Hendricks denomina “Einstein time” (Tiempo Einstein), basado en su explicación coloquial de la relatividad. En una ocasión, y para ilustrar la validez de su teoría acerca de la relatividad aplicada al tiempo, Albert Einstein puso como ejemplo el hecho de que una hora junto a la persona amada parece un minuto, mientras que un minuto con la mano puesta sobre una estufa al rojo vivo es como una hora para quien lo padece.

Para crear este cambio de paradigma, vamos a percibirnos a nosotros mismos como la fuente del tiempo. Yo soy la fuente de mi tiempo. Y nos comprometeremos a actuar como si así fuera. Esto requiere que eliminemos cualquier queja relacionada con la falta de tiempo. Vamos a ponernos a dieta y eliminar dichas quejas. Por ejemplo, nos comprometeríamos a dejar de decir cosas que nos ponen, de forma obvia o sutil, en relación de víctima con respecto al tiempo, como:

“¡No tengo suficientes horas en el día!”
“Me encantaría, pero no tengo tiempo”

Poco a poco podremos imbuirnos del momento presente, y disfrutar o centrarnos plenamente en lo que nos ocupa ahora.

¿Cómo experimentarlo en términos prácticos y aplicables a nuestro día a día? Es cuestión de enfoque. Los coaches Steve Chandler y Michael Neill han creado y difundido, respectivamente, un sencillo sistema para fomentar el “Tiempo Einstein”.

Toma un papel y un bolígrafo, o tu libreta electrónica. Crea un documento y traza una línea por la mitad. A la columna de la derecha le puedes poner por título: “A realizar” o “Pendiente”. Utiliza para el título un vocabulario desestresante, neutral para ti. En esta columna vas a anotar una lista de tareas, metas objetivos y actividades a realizar.

En la columna de la izquierda vas a escribir: “Lo único que tengo que hacer hoy es…”. Ahora escoge una de las acciones de la columna izquierda y anótala en la columna derechaa. Dedícate a ella plenamente, sabiendo que en este instante, es lo único que tienes que hacer ahora, plenamente. Cuando termines, puedes borrarla o ponerle un “tick” y pasar a la siguiente. Nota cómo la sensación de presión se disipa, y empiezas a disfrutar más de tu día y de las cosas que te has comprometido a hacer, sabiendo que tú eres la fuente del tiempo y por tanto te mereces y puedes tener una mejor relación con él. A mí me va cada vez mejor, y a algunos de mis clientes también.

Mucha Luz en tu camino. Y gracias por tu compañía.


Aún quedan algunas plazas para el intensivo: Certificación de Practitioner en Programación Neurolingüística, por la American Board of Neuro-Linguistic Programming (ABNLP), en junio. Tendrá lugar en Las Palmas de Gran Canaria y las plazas son limitadas.






miércoles, 2 de mayo de 2012

Mini-sesión de coaching

El poder del pensador y la pensadora vs el poder del pensamiento

Se habla mucho en nuestros días del poder del pensamiento. “Piensa en positivo”, “piensa de manera creativa”, “eleva el nivel de tus pensamientos, pues tus acciones y resultados sólo se elevarán al nivel de tu pensamiento”. Pero… ¿realmente es cierto? Si escogemos nuestros pensamientos, ¿no existe acaso un nivel superior de influencia? Recuerda un momento en tu vida en que te sorprendiste superando el nivel de tus propios pensamientos y expectativas habituales… Me gusta pensar (valga la redundancia) que nuestros pensamientos realmente no tienen tanto poder como pensamos (valga de nuevo la redundancia). El pensamiento tiene sólo el poder que le otorga la persona que los piensa. Dotamos de demasiado poder al pensamiento, y si no me crees, recuerda algún momento en que te reíste de tus propios pensamientos y los eliminaste rápidamente. Si la imagen que acompaña al texto fuese una metáfora del pensamiento, ¿quién tiene el poder realmente? ¿El pensamiento o la pensadora? ¿De qué manera vas a ejercer tu poder hoy? ¡Disfruta de tu día! 

sábado, 28 de abril de 2012

Repensar nuestras escuelas

"Dos instituciones controlan a día de hoy la vida de nuestros hijos: la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia hacia una abstracción sin final y sin frenos.

Las escuelas están diseñadas para producir, a través de la aplicación de fórmulas, seres humanos estandarizados cuyo comportamiento pueda ser predecible y controlado. Es absurdo y anti-vital moverte de aula en aula al sonido de una sirena durante todos los días de tu infancia natural en una institución que no te permite ninguna privacidad y que incluso te la quita en el santuario de tu propia casa pidiéndote que hagas tus “deberes”.

Necesitamos volver a pensar en las premisas fundamentales de la escolarización y decidir qué es lo que queremos que los niños aprendan y por qué. Tenemos que devolver a los niños tiempo libre desde ya mismo porque esa es la clave para el auto-aprendizaje, y debemos re-introducirles en el mundo real tan rápido como sea posible para que el tiempo libre pueda ser invertido en algo más que abstracciones."
                                                
                                                                                                                           John Taylor Gatto

viernes, 13 de abril de 2012

‎"Educamos para despertar la creatividad"



¿Te gustaría fomentar la creatividad en tu hijos/hijas? ¿Quieres saber si lo que haces está inhibiendo el potencial creativo en tu entorno familiar? ¿Deseas TÚ conectar con tu propio potencial creativo? Herminia Pérez (Coach Profesional y Directora de Creciendo Feliz) y yo hemos creado este taller inscrito en el Programa Educar en Familia del Ayto. de Santa Lucía, en Gran Canaria. ¡Nos encantaría verte allí! Gracias por compartirlo.

 

miércoles, 4 de abril de 2012

Mini-sesión de coaching

No siempre es fácil o sencillo obtener aquello que deseamos. Y menos fácil es pedirlo “con maestría”, ya sea (a) por hábito: “siempre lo he hecho así”, (b) porque en realidad no sé lo que quiero, (c) por temor al rechazo (¡me pueden decir que no!). Y sin embargo, tener la capacidad centrada de hacer peticiones claras contribuye inmensamente a crear relaciones positivas tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Recientemente tuve la ocasión d
e experimentar cómo alguien se quejaba del resultado de una gestión realizada por los miembros de su equipo. En un momento de lucidez, mientras escuchaba las críticas hacia sus colaboradores, pude darme cuenta de que toda la fisiología, el tono y el contenido de la queja, mantenían a la persona emisora en un estado de no-acción y no-implicación, en el que esperaba que las demás personas supieran y ejecutaran la solución.
Una queja suele ser una petición inadecuadamente expresada, por tanto, ¿qué pasaría si antes de emitirla nos preguntáramos: (1) ¿Qué me gustaría en lugar de aquello de lo que me quejo? (2) ¿Cómo lo puedo expresar para que me escuchen y colaboren conmigo? y (3) ¿Qué puedo hacer yo?  "Las preguntas que nos hacemos determinan la calidad de la vida que llevamos" Tony Robbins

martes, 3 de abril de 2012

Mini-sesión de coaching

En la novela “La isla” (Aldous Huxley) el protagonista se encuentra con unos curiosos pájaros que han sido adiestrados para gritar cada tanto tiempo: “¡Atención, atención! ¡Aquí y ahora!”. Uno de los cometidos más importantes en un proceso de coaching no es tanto enfocar al futuro, como se suele pensar, sino apoyar a las personas para que traigan presencia (de “presente”: ahora, regalo) a este momento y lo vivan con plenitud. Y eso a veces no es tan fácil, cuando ocupamos nuestra mente con el próximo momento, en lugar del momento que ocupamos aquí y ahora. ¿Dónde estamos ahora? ¿Dónde estamos al conducir? ¿Dónde estamos en cada interacción? El presente es el único momento y lugar donde podemos construir nuestras vidas. Si prestas atención al momento presente, aquí y ahora, ¿de qué te das cuenta? Para. Respira. Nótalo. Nótate. Conviértete en tu más fiel acompañante unos segundos varias veces al día. Deléitate en ti y en lo que haces. “¡Atención! ¡Aquí y ahora!” Eso es todo.

lunes, 2 de abril de 2012

Mini -sesión de coaching

Según Michael Neill, “Aquello que decidas nunca impactará tu vida tanto como tu forma de manejar las consecuencias de tus decisiones”. Un ejemplo: casarse con la persona equivocada no es más que un error, pero continuar en matrimonio (o relación de pareja) con él o ella y vivir en la amargura por ello, es una pésima decisión. Meter la pata en algo es un error, pero permitir que ello te carcoma por dentro una y otra vez, es una pésima decisión. Puedes transformar las pésimas decisiones, cambiando de idea y tomando una decisión alternativa y diferente. ¿Qué decisión alternativa tomarás hoy? Yo ya he escogido la mía ;-))

domingo, 1 de abril de 2012

Mini-sesión de coaching


¿Qué tres cosas, situaciones, personas estás tolerando actualmente en tu vida? Párate de verdad a pensarlo. En esta pregunta incluye todo aquello que te merma o que drena tu energía y que te impide ser la mejor expresión de ti en este momento, y disfrutar de quien eres y de lo que haces. Cuando transformas aquello que “toleras”, te conectas con tu capacidad de elegir y con el bienestar, y tienes más tiempo y energía para dedicarte a lo que deseas. De tu lista inicial escoge una situación que estabas tolerando: ¿cómo la vas a transformar hoy? ¡Disfruta de tu día y de tu vida!

martes, 14 de febrero de 2012

I Jornada de Coaching 4.0 en Gran Canaria: Nuevos enfoques para el siglo XXI





Te invito a asistir a esta Jornada en la que participo como ponente, con otros cuatro compañeros profesionales del coaching. Descubre y experimenta el extraordinario potencial del coaching y su relevancia en este siglo. Infórmate en:
http://www.coachingcuatropuntocero.com/

jueves, 2 de febrero de 2012

El arte de terminar una relación con elegancia

Parece una contradicción en términos comenzar una serie de reflexiones acerca de las relaciones de pareja hablando de ruptura, pero empiezo por aquí porque deseo compartir una experiencia reciente en la que tuve el honor de  participar.

Finalizar una relación de pareja puede ser una de las experiencias más intensas, en todos los sentidos, que podemos experimentar; una experiencia que nos conecta con un amplio espectro de sentimientos, recelos, dudas y, sobre todo, miedos: miedo al abandono, miedo a la soledad, temor a no volver a experimentar lo mejor del amor que experimentamos con la persona de la que nos despedimos, temor a no volver a ser atractivo, duda de ser merecedora del amor.

Podría seguir. Los he experimentado todos en repetidas ocasiones, porque a lo largo de mi vida he vivido diferentes rupturas como procesos dolorosos. Pero también las he vivido como procesos sanadores, tal y como ocurrió con las personas cuya experiencia comparto a continuación.

Hace unas semanas recibí una llamada de una de mis clientes: ella y su pareja habían decidido finalizar su relación y ambas partes solicitaban mi apoyo para crear un cierre amoroso. Claro que la primera pregunta que puede suscitar esta petición es: ¿Un cierre amoroso? Pero, ¿no es una ruptura sinónimo de desamor? Y he aquí una de las creencias limitadoras acerca de las relaciones: "una relación se acaba cuando acaba el amor". O: "el amor ha de cesar al cesar la relación". Existen otras opciones, como veremos a continuación.

En cuanto terminamos de hablar, me conecté con estas dos personas y con el Amor existente entre ellas. El ritual ya había comenzado desde el momento en que ambas habían acordado crear ese encuentro-despedida. Había comenzado ya con la mera voluntad de hacerlo de forma amorosa. Esto es lo que Sergio Sinay llama "convertirnos en cartógrafos de nuestra vivencia amorosa compartida". Ninguna de las partes se convertía en víctima de la otra, sino que continuaban creando y transformando su relación desde el Amor, en equilibrio.

Me puse en acción de inmediato. Lo primero que sabía es que deseaba que el encuentro se realizara en la naturaleza, en un lugar hermoso, y relativamente privado. En preparación para el ritual, pedí a cada una de las partes que trajera alguna reflexión, lectura, e incluso objetos que desearan compartir. Convoqué el encuentro para un sábado por la tarde. Nos encontraríamos en un pueblo cercano al lugar indicado, que yo ya había ido a visitar y había preparado desde muy temprano ese sábado por la mañana, creando un simbólico mandala de piedra.

El encuentro-despedida fue una de las experiencias más hermosas que he vivido en los últimos años, y de la cual comparto algunos aspectos.

Crear un camino consciente.  Después de hacer un breve ejercicio de centramiento, realizamos el descenso en silencio, de manera consciente, relacionando lo que ocurría en el camino con nuestra manera de vivir y vivirnos en relación a otra persona: momentos de deleite en el paisaje (¡qué maravilla!), momentos de incertidumbre (¿adónde nos conducirá este camino?) y ansiedad (¿cuándo vamos a llegar?), el contraste entre el camino llano y fácil, y el sendero que debemos crear sobre terreno abrupto y por el que no hemos transitado antes, con todas sus incomodidades y obstáculos. Y, cómo no, los momentos de soledad en compañía, y los momentos de compañía en soledad. Así realizamos el descenso.

Presencia plena en el contexto. Al llegar nos deleitamos en el paisaje, en silencio, fuimos conectando con el entorno y con los elementos del lugar. Mantuvimos el silencio un buen rato. Sin anhelo, sin espera. Plenamente presentes en el momento y en el lugar. Sabíamos cuándo tocaría el siguiente paso, y no había prisa por acelerarlo.

Honrar la presencia de la otra persona. Después de tomar la palabra, invité a ambas partes a expresar lo que desearan acerca de la elección que habían tomado de transformar la forma de la relación.

La primera persona leyó un hermosísimo texto que había escrito. Un texto lleno de ternura y de agradecimiento a su pareja, honrando con conciencia lo que había aprendido de ella, lo que le había aportado e incluso lo que iba a echar de menos de ella. Fueron palabras profundamente conmovedoras que resonaron y que nos conectaron con la universalidad de toda relación.

La segunda persona abrió El libro tibetano de la vida y la muerte, y leyó un texto acerca de cómo afrontar los cambios desde el desapego, y que reproduzco a continuación. Antes de comenzar, nos pidió que tomáramos una piedra en la mano, lo cual puedes hacer tú también ahora, para que lo vivas como lo vivimos allí (puedes hacerlo con un pequeño objeto como un anillo o algo similar):

Coge una piedra. Imagínate que representa el objeto [la persona] al que te aferras. Enciérrala en el puño bien apretado y extiende el brazo con la palma de la mano hacia el suelo. Si ahora abres el puño o aflojas tu presa, perderás aquello a lo que te aferras. Por eso estás apretando. Pero hay otra posibilidad: puedes desprenderte y aun así conservarla. Con el brazo todavía extendido, vuelve la mano hacia arriba de forma que la palma quede hacia el cielo. Abre la mano y la piedra seguirá reposando sobre la palma abierta. Has dejado de aferrarte. Y la piedra sigue siendo tuya, aun con todo ese espacio que la rodea.
Así pues, existe un modo en que podemos aceptar la impermanencia sin dejar de disfrutar de la vida, todo al mismo tiempo, sin aferrarnos".

Estuvimos varios minutos en silencio, sonrientes, respirando. Y, después de unos pasos adicionales más en nuestro pequeño ritual, concluimos, y el compromiso para la transformación de la relación quedó sellado con un espléndido atardecer, con abrazos y corazones plenos de amor, y con un espontáneo intercambio de pequeños obsequios que habíamos traído para compartir, sin saber que las otras dos partes harían lo mismo.

No obstante, el don más duradero, y que permanecerá en mí para siempre, es esa profunda conexión con nuestra Sabiduría Interna, que sabe que las formas de una relación cambian continuamente, pero que a un nivel que va más allá de lo físico, jamás dejamos de relacionarnos con las personas que han sido importantes en nuestras vidas.

Quiero agradecer a estas dos personas, la lección profunda de Amor que recibí de ellas, el permiso para reproducir parte de esa ceremonia aquí, para ustedes, y el que, un vez más, mis maestros y maestras se me presenten en forma de clientes y amigos. De Corazón y con profundo Amor: GRACIAS.

Gracias por tu Compañía. Y mucha, mucha Luz en tu Camino.

Los seres humanos, más que nunca, necesitamos más modelos de creatividad en las relaciones, en el Amor. ¿Tienes alguna experiencia que deseas compartir? Puedes hacerlo aquí...