lunes, 27 de enero de 2014

Qué hacer cuando la meta anhelada no llega

¿Cómo van esos propósitos de Año Nuevo? Ya estamos casi a finales de enero. ¿Los vas cumpliendo? ¿Ya han pasado al olvido? ¿O se han convertido en una carga que estimula en ti sentimientos de culpa y frustración porque, una vez más, se te escurre el tiempo entre las obligaciones y rutinas?

El mayor problema: las metas tóxicas

Ponernos metas y tener propósitos no tiene nada de malo. Todo lo contrario. Cuando nos proponemos alcanzar algo, la meta nos proporciona una especie de baremo que nos indica nuestro progreso hacia algo positivo, nos permite enfocar nuestra atención y conseguir no sólo la meta sino otros logros por el camino (incluidas las lecciones asociadas al mal llamado fracaso). Además, como dice Michael Neill, tener metas que alcanzar nos permite enamorarnos aun más de la vida. 

El problema de tener metas grandes, pequeñas o medianas no está en la meta en sí, sino en nuestra percepción de la misma. Y no me refiero a las metas relacionadas con la supervivencia o la subsistencia básica. A menudo desarrollamos una especie de actitud supersticiosa hacia ellas. A modo de ejemplo, ¿recuerdas tener un peluche favorito en la infancia? O a lo mejor tu hijo tiene esa mantita o paño suave que le reconforta y le ayuda a relajarse. Realmente esto es una alucinación de la mente que nos lleva a pensar que la seguridad que sentimos viene del osito, de la mantita o del paño suave. Si fuera así, los seres humanos creceríamos y asistiríamos al trabajo con el peluche, la manta o el paño atados al cinturón.

Con las metas ocurre lo mismo. Decimos "Este año quiero conocer al amor de mi vida para sentirme amado." O, "Cuando tenga mi propia casa me sentiré feliz." O "Cuando gane XXX al año podré respirar. Pero el momento de sentirnos amados, de ser felices o de respirar es ahora. Si la meta que te has propuesto no mejora la calidad de tu vida al instante, se convierte en una meta tóxica, porque lo que estamos intentando conseguir lo hemos puesto fuera de nosotros y conseguirlo se convierte en un calvario diario. 

Y es que el problema está en que cada vez que mido la distancia entre la meta y yo, esta sigue estando lejos:  "Yo estoy aquí y la meta está allí".. Y cuando llega marzo ya hemos perdido fuelle, porque yo estoy aquí y la meta sigue estando allí.

Cómo alcanzar nuestras metas a diario

La única meta que vale la pena tener es aquella que mejora tu calidad de vida al instante de proponértela, porque estimula tu pasión, tu entusiasmo, tu creatividad y tus relaciones. Pero sobre todo porque abre un camino para llegar a ti pues, en la aventura de conseguirla, activas tus recursos internos (habilidades, cualidades, ingenio).

Esta es mi propuesta. Sin abandonar tus propósitos y metas para el 2014, redefine el éxito en términos de lo que deseas experimentar, de modo que la meta la alcances a diario, de dentro hacia fuera. 

Por ejemplo, uno de mis clientes, aparte de sus metas tangibles, se propuso este año experimentar más generosidad en su vida. En todos sus contextos: profesional, familiar, personal. Todos los días se hace preguntas como: 

¿De qué forma seré generoso hoy con mi pareja? 
¿De qué forma seré generoso hoy con mis colaboradores/clientes? 

Y antes de acostarse:

¿De qué manera he sido generoso con mis hijas hoy?
¿De qué manera he sido generoso conmigo hoy?

Y así tiene la oportunidad de desarrollar una meta alcanzable, beneficiosa y con resultados contundentes, y constatables a diario, porque la generosidad, en este caso, está en su interior. La generosidad se convierte en el hilo conductor para el 2014.

Si utilizas tu brújula interna para crear una referencia de base (generosidad, alegría, tranquilidad), conviertes el viaje a la meta en un proceso mucho más dinámico. 


Con agradecimientos a Lars Howlett por permitirme publicar su hermosa foto en mi blog. www.DiscoverLabyrinths.com
Recientemente, a una cliente que dedicaba su vida, tanto personal como profesional, a  dar, dar, dar a los demás, le propuse un tema para el 2014: autocuidado extremo. Y ahora todos los días se pregunta: ¿De qué manera me cuidaré a mí misma hoy? Y por la noche: ¿De qué manera me he cuidado a mí misma hoy? Y responde a la pregunta en forma de acción. Porque desde un cuenco vacío es imposible dar agua, y su cuenco se estaba vaciando (estaba agotada). Otros clientes prefieren símbolos: alguien escogió "semillas". Y todos los días se propone las semillas a plantar y se pregunta al final del día: ¿Qué semillas he plantado hoy? ¿Cuáles han crecido y florecido?

Ahora tú

Te invito a escoger un tema para este año: ¿Cuál es una cualidad o un estado que deseas experimentar y cultivar en el 2014? Si tu tendencia es a la timidez, tu tema puede ser la valentía. Todos los días propón una o más formas sencillas de activar tu valor: hablar con alguien nuevo, escribir un artículo para un blog, decirle a alguien cercano lo que significa para ti. Y al final del día haz un repaso del tema: ¿De qué forma he manifestado mi valor hoy? Si tu tendencia es a censurar, criticar y a la negatividad, tu tema puede ser la compasión. Otros temas: creatividad, soltar (desapego), abundancia, deleite, fluir, visibilidad, amistad…

El poeta místico Rumi decía: "Ayer era tan listo que quería cambiar el mundo. Hoy soy tan sabio que me quiero cambiar a mí". De esta manera, de camino a esas otras metas, tendrás una experiencia diaria de transformación, pero transformación no entendida como un alejamiento de ti o hacia algo que está fuera, sino de ti hacia lo que ya llevas dentro para ser más auténticamente tú.

Gracias por tu Compañía. 

Y mucha Luz en tu Camino.

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